Recuerde que, al igual que cualquier otro producto de consumo ha evolucionado con las nuevas tecnologías, las bicicletas tampoco son lo que eran antes. Y aunque para algunos el paso a los sistemas electrónicos e hidráulicos ha traído consigo un nivel de modernización desalentador, las bicicletas siguen siendo uno de los mayores placeres sencillos de la vida.
Independientemente de la bicicleta que utilices, o de la frecuencia con la que lo hagas, tomarte el tiempo necesario para realizar una rápida revisión de la bicicleta antes de salir a rodar es el mejor seguro para mantenerte seguro y evitar que te quedes sin asistencia en carretera.
1. Ya sea de llanta o de disco, revisa tus pastillas de freno y ten un juego de repuesto en casa.
2. Recuerda que una bici limpia no es sólo una bici feliz, sino que, lo que es más importante, una bici limpia facilita la búsqueda de problemas.
3. Lubrica la cadena cada cierto tiempo.
4. El lubricante de la cadena es mejor aplicarlo después de un paseo, no antes.
5. 5. Compruebe si hay signos de desgaste de los neumáticos o daños en los flancos. En el caso de los neumáticos sin cámara, busque cualquier signo de filtración del sellador (podría salpicar la bicicleta).
6. 6. Haga rebotar la bicicleta rápidamente y escuche si hay algo suelto o desconocido.
7. Cargue las baterías del cambio una vez al mes o compruebe visualmente la carcasa del cable en busca de daños o dobleces extraños.
8. Recuerde que los desviadores no se ajustan solos, así que resista el impulso de girar tornillos.
9. La presión de los neumáticos se ve drásticamente afectada por el volumen de aire, así que asegúrate de que llevas la presión adecuada, independientemente de la que hayas llevado en el pasado.
10. No es necesario que sea nuevo, pero tener piezas pequeñas de repuesto puede suponer un verdadero ahorro de tiempo y de conducción.